Dragon Ball. ¿Buen anime o éxasis infantil?
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Yo no pienso darle la espalda a Gokú. Ya me puse al día sobre los debates y comentarios que fueron y vinieron. Leí el artículo de Ocram en el que nos cuenta de la nueva ova. Después leí el artículo publicado por Gianco. No me puedo quedar callado. Foro donde entro, foro donde machetean a Gokú, una y otra y otra vez, y no puedo dejar que esto suceda.
Dragonball es clásico. Clasiquísimo. No solo por un factor nostalgia (del cual evidentemente soy víctima), sino por el maldito factor “Chavo del ocho”. Si, Gokú es igual de idiota que el chavo e igual de clásico.
Gokú hizo que el manga y el anime se volvieran mainstream. Se volvieran parte de la cultura general. Democratizó al anime como lo hizo Robotech en los 80s y Candy/El festival de los Robots aún antes. El anime va y viene y cada década tiene un representante. No solo en Perú, sino en el mundo entero.
No le quito crédito a Los Caballeros del Zodiaco o a Los Supercampeones. Pero, seamos sensatos, hasta las chicas le seguían el paso a Gokú (lo acepten o no) y de vez en cuando a alguien se le escapa la frase “saiyajin”. (No escucho mucha gente diciendo “¡Dame tu fuerza Pegaso!”). Es más, el hecho que la palabra “saiya” se haya vuelto internacionalmente conocida solo reafirma el poder de Gokú para “geekear” a todo el mundo… o, mejor dicho, al mundo entero.
Al inicio de los 90s eran cuatro gatos los que compraban videos en cassette, pero entre Dragonball, Las Guerreras Mágicas y Sailor Moon los finales de los noventas fueron realmente geniales. Después, con cuatro años de tardanza, llegó Evangelion e hizo que nuestros cerebros hagan “WOW, anime 2.0”. Y después Cowboy Bebop: un Lupin remasterizado e igual de clásico desde mi punto de vista.
Pero no nos alejemos de Dragonball. Los anteriormente mencionados funcionan porque son animes básicos (personajes clichés e historias predecibles). Eso no quiere decir que no sean clásicos o buenos. Una historia puede ser simplísima y a la vez clásica y buena. Tomen cualquier película de cualquiera de los grandes directores y van a ver que las historias son clásicas y clichés, pero están bien contadas. No necesitas ninguna escena onírica o una narrativa que salga del esquema clásico aristotélico para poder convertirse en algo realmente importante.
Dragonball tenía eso. Era una historia que estaba bien contada. Pecaba del sobremonólogo del anime, cosa que no sucedía en el manga (según yo la “verdadera versión”), y tenía momentos en que los personajes más planos del planeta se convertían en los más “feeling” y tridimensionales.
Dragonball es la historia de la vida de un personaje, del hero’s journey, pero con todos sus detalles. En 500 capítulos y 42 tomos de manga vimos la vida entera de Gokú. Lo vimos en todos sus momentos claves, lo vimos crecer, lo vimos llorar, lo vimos hacer amigos, enemigo, vivimos con él, lo vimos morir, resucitar y morir de nuevo. Lo vimos casado, con hijos, con nietos, y hasta lo vimos volverse un ser eterno. Nos emocionamos con las entradas sorpresa de Piccollo, con las constantes reivindicaciones de Vegeta, con el fantasma de Gokú diciéndole a Gohan que no se rinda contra Célula.
Fuimos testigos, detrás de esta enorme saga, de la maestría de la historia de Toriyama, quien sembraba como buen guionista clásico todos los elementos. Las frases en el momento correcto (el ejemplo más práctico es Chichi la esposa de Goku a quien no la vimos como por dos temporadas solo para aparecer y guiñar el ojo a todos los seguidores de la serie como diciendo “recuerdan ese capitulo de hace años cuando la serie la daban en el cinco, bueno ahí sembramos este elemento de guion y ahora Goku está casado”).
A Toriyama no le sobraba ningún personaje; conocía las reglas de su universo y las respetaba. Creó a uno de los personajes más sencillos pero más entrañables del anime y lo rodeo con todo tipo de antagonista, desde el conflictivo Vegeta, hasta Yamcha, y nunca dejó de contarnos la historia de estos personajes, siempre dándonos una viñeta pequeña del momento en el que se encontraban, de cómo envejecieron, de los que renunciaron y de los que no. Tenían personalidades planas, pero evolucionaban de a pocos, según lo pedía la historia y fue por su simplicidad que se quedaron incrustados en memoria y corazón.
En el Útero, Ocram cuenta que las clases de la PUCP se detenían para que la gente viera la última pelea de Goku, y esto no fue gratuito. La gente lo hacía porque sabíamos por todo lo que el personaje había pasado. Porque nos sentíamos involucrados. Yo creo que Dragonball cambió en cierta forma la historia del anime y manga. Primero por el volumen de la historia (son como 7 mil páginas de manga). Segundo pues, fue un recuerdo de que un anime simple y sencillo puede enamorar a grandes y pequeños. Y tercero, Gokú es el personaje que despertaba al niño que todos llevamos dentro.
Dragonball es la historia de la vida de un personaje, del hero’s journey, pero con todos sus detalles. En 500 capítulos y 42 tomos de manga vimos la vida entera de Gokú. Lo vimos en todos sus momentos claves, lo vimos crecer, lo vimos llorar, lo vimos hacer amigos, enemigo, vivimos con él, lo vimos morir, resucitar y morir de nuevo. Lo vimos casado, con hijos, con nietos, y hasta lo vimos volverse un ser eterno. Nos emocionamos con las entradas sorpresa de Piccollo, con las constantes reivindicaciones de Vegeta, con el fantasma de Gokú diciéndole a Gohan que no se rinda contra Célula.
Fuimos testigos, detrás de esta enorme saga, de la maestría de la historia de Toriyama, quien sembraba como buen guionista clásico todos los elementos. Las frases en el momento correcto (el ejemplo más práctico es Chichi la esposa de Goku a quien no la vimos como por dos temporadas solo para aparecer y guiñar el ojo a todos los seguidores de la serie como diciendo “recuerdan ese capitulo de hace años cuando la serie la daban en el cinco, bueno ahí sembramos este elemento de guion y ahora Goku está casado”).
A Toriyama no le sobraba ningún personaje; conocía las reglas de su universo y las respetaba. Creó a uno de los personajes más sencillos pero más entrañables del anime y lo rodeo con todo tipo de antagonista, desde el conflictivo Vegeta, hasta Yamcha, y nunca dejó de contarnos la historia de estos personajes, siempre dándonos una viñeta pequeña del momento en el que se encontraban, de cómo envejecieron, de los que renunciaron y de los que no. Tenían personalidades planas, pero evolucionaban de a pocos, según lo pedía la historia y fue por su simplicidad que se quedaron incrustados en memoria y corazón.
En el Útero, Ocram cuenta que las clases de la PUCP se detenían para que la gente viera la última pelea de Goku, y esto no fue gratuito. La gente lo hacía porque sabíamos por todo lo que el personaje había pasado. Porque nos sentíamos involucrados. Yo creo que Dragonball cambió en cierta forma la historia del anime y manga. Primero por el volumen de la historia (son como 7 mil páginas de manga). Segundo pues, fue un recuerdo de que un anime simple y sencillo puede enamorar a grandes y pequeños. Y tercero, Gokú es el personaje que despertaba al niño que todos llevamos dentro.
Después, las reglas del anime cambiaron. Los personajes ahora son complicados (-ísimos) y las historias son postmodernas. Son súper interesantes, pero les falta ese sentimiento inocente que rodeaba a Dragonball.
Dragonball GT fue un fiasco, pero yo rescato 15 minutos de esos 63 capítulos.
Rescato los últimos 15 minutos en que Gokú visita a Krilin para despedirse. Y ambos recuerdan el capítulo donde se conocieron: Krilin con la cabeza enterrada en la arena y Gokú mal dibujado y sin la menor idea de todo lo que le esperaba.
Krilin, el más humano de los personajes y representando la voz de todos los fanáticos que envejecimos con las historias de Gokú, simplemente le dice: “Míranos, yo envejecí y tu quedaste igual Gokú”.
Y así quedará en mi memoria.
Daniboi!
Comentarios
Saludos.
Me gusta tu narrativa jeje...
Me recordo mucho mi infancia
(tampoco es que soy vieja jeje)
Dragonball, creo que formara parte de la niñez de los chicos de antes y los de ahora, pero es como tu dices, es como el Chavo, eterno!!! y siempre lo pasan!!!
Nos moriremos y Goku seguira vivo jajajaja! que locura jojo!
Saludos! =D
y no es que yo sea muy vieja jaja..
Buen articulo...
Y ps, Goku es eterno como el chavo del 8, efectivamente...
yo creo que moriremos nosotros y goku seguira vivo jajaja xD
Saludos ;) xD
see you.