10 Comics Esenciales que Todos Debemos Leer, aka, El Reto Comiquero

Ocram lanzó el reto y Cesar Santivañez y el Invazor ya atacaron. ¿Dónde empezamos a la hora de leer comics? ¿Cuáles son las obras que nos pueden demostrar todo lo que el medio es capaz de hacer? La verdad es que si uno trata de armar una lista básica, cientos de títulos distintos vienen inmediatamente a la cabeza. Recordemos antes que nada que el comic es un medio, no un género. No todos los comics son de superhéroes y ojalá esta lista les ofrezca propuestas interesantes.

Lo que sigue a continuación es a mí parecer, los 10 comics esenciales que recomiendo a todo aquél que desee empezar a leer comics. Siéntanse completamente libres de dar sus sugerencias.

(Mad #10 y Super Duper Man)

10 - MAD (1952 – presente)

Los primeros números son oro puro. Harvey Kurtzman creó en los cincuentas el pináculo de los comics de contracultura. Una serie de historias igual de absurdas y brillantes sobre la sociedad norteamericana y sobre cuán estúpido es el ser humano si se le mira desde el ángulo correcto. MAD fue una bazooka de bromas y cultura pop que atacó sin misericordia a todo aquél que estuviese en la cima de la coyuntura social de entonces. Si bien la calidad ha decaído desde entonces, sigue siendo herramienta esencial para todos los lectores de comics. Antes que Monty Python, antes que Saturday Night Live y mucho antes que Los Simpsons, estuvo MAD. Demos las gracias a Kurtzman, Feldstein y nunca olvidemos eso.

(4 Fantásticos #51)

9 - 4 Fantásticos (1961 – 1970)

Si quieren leer comics de superhéroes en todo su esplendor, les presento al santo grial. Me refiero a los primeros números de los 4 Fantásticos escritos por Stan ‘The Man’ Lee y dibujados por Jack ‘The King’ Kirby. Toda la imaginación de universos paralelos, villanos inter-dimensionales y razas secretas de mutantes en los confines de la tierra vio sus mejores épocas en estos comics. A diferencia de Superman, Batman y compañía, los 4 Fantásticos eran una familia con un solo propósito: explorar. No había misiones de justicia ni venganzas sangrientas. Este grupo solo buscaba tener aventuras y si me preguntan, ese fue el enfoque ideal.

Mención aparte merece Kirby. Si el género de superhéroes se basa en luchas y misiones de extensiones sobrehumanas, entonces su estilo de dibujo es la forma perfecta de hacer comics de superhéroes. Cada panel tiene suficiente energía para romper una pared. Olviden todo lo malo que tiene Marvel y DC hoy en día. En estos comics está todo lo que necesitan.

(Maus, vol 1, pag 33)

8 - Maus (1980 – 1991)

Posiblemente, el comic más ovacionado que existe desde un punto de vista crítico. No por nada es el único comic que ha ganado el Pulitzer. La obra maestra de Art Spiegelman tomó trece años en completarse y cuenta dos historias. Una, la lucha de Vladek Spiegelman (judío polaco y padre del autor) por sobrevivir el holocausto en plena segunda guerra mundial. Dos, los complejos del autor desde un punto de vista autocrítico - a veces sicoanalítico – y cómo el holocausto judío debilitó su relación con su padre en el presente.

A través del uso de animales antropomórficos (los judíos son ratones, los alemanes son gatos y los polacos son cerdos), Spiegelman no solo presenta un maestro relato sobre la lucha del ser humano, sino además una historia meta-biográfica sobre como un artista lucha muchas veces con sus demonios y consigo mismo buscando la mejor forma de contar su historia.


7 - Jimmy Corrigan: El niño más inteligente del mundo (2000)

Solo mira el dibujo de arriba. Míralo bien. Inmediatamente te vas a dar cuenta que este es un comic distinto. Al igual que Maus, Jimmy Corrigan también cuenta la relación fallida entre un padre y un hijo. Una historia de derrames emocionales y de congojas extremadamente negras que en la mayoría de casos no son contadas a través de palabras, pero a través de manejos en la estructura de paneles y de diseños gráficos. Si quieres saber de qué es capaz el comic como medio, este es el libro que tienes que leer; una lección maestra sobre diseño y narrativa gráfica. Y la verdad, se lo debemos todo a Chris Ware. El hombre rompió el formato y le demostró al mundo entero que no todos los comics deben parecerse a otros comics.


6 - Tin Tin (1929 – 1976)

Si fuese mandatario para todos leer comics desde niños (y debería serlo), todos deberíamos empezar con Tin Tin de Hergé. La premisa es la siguiente: Tin Tin, un joven reportero viaja por todo el mundo junto a su perro Milou, buscando noticias y resolviendo misterios que van desde momias egipcias hasta viajes espaciales.

Sin embargo, lo brillante del comic es la forma en la que Hegé presenta las aventuras. En primer lugar, el belga hace uso del mejor ejemplo de trazos limpios y llenos de expresión que recuerdo (otro sería Alex Toth). Segundo, cada volumen de Tin Tin toca un género distinto, ya sea espionaje político, cuentos de fantasía o ciencia ficción sin bajar nunca la calidad de narración a pesar que está dirigido para un lector infantil. Y tercero, Hergé siempre lograr insertar sátira y comentarios sobre la sociedad europea de entonces a través de personajes tan ingeniosamente clichés como el Capitán Haddock o el Profesor Tornasol. Toda una obra maestra la verdad. Pero no crean que soy el único. Roy Lichtenstein y Andy Warhol han confesado que Tin Tin fue una gran influencia en sus trabajos.

(Sandman #8, The Sound of her Wings)

5 - Sandman (1989 – 1996)

¿Es Sandman un comic de superhéroes? Muchos podrían clasificarlo como tal debido a su relación con personajes del universo DC y por su clásica estructura del Hero’s Journey de Joseph Campbell. Sin embargo, como todos los que la han leído saben, Sandman es mucho mucho más que eso. Es más, como diría Norman Mailer, Sandman es un comic para intelectuales. En pocas palabras, la obra maestra de Neil Gaiman cuenta las aventuras de Morfeo, el dios del sueño (por así decirlo), que escapa de su prisión en una botella luego de décadas y se encuentra con la inmensa tarea de reconstruir su reino.

Sin embargo, lo genial de Sandman es la manera en la que Gaiman toma un formato familiar para todos – la historia de un ser con poderes sobrenaturales – y lo usa para contar decenas de historias basadas en estilos y mitos distintos de todo el mundo. A medida que avanza la saga, descubriremos historias enraizadas con el folklore americano, mitología griega, cuentos ancestrales chinos e incluso con las obras de Shakespeare. Sandman es el comic ideal para todo aquél que dice odiar los comics. Y si me preguntan, es el comic perfecto para darle a una chica que quieres enamorar.


4 - Calvin & Hobbes (1985 – 1995)

Tratar de escribir sobre Calvin y Hobbes es como hablar de dos amigos que no has visto en años y que extrañas con todo tu corazón. La tira cómica de Bill Watterson sobre un niño y su tigre imaginario mezcló una imaginación desbordante digna de Little Nemo in Slumberland de Winsor McKay con comentarios de histrionismo social y político merecedores de Schultz y Peanuts. Pregúntale a cualquier experto en comics y te dirá que junto a Peanuts y Pogo, Calvin & Hobbes fue uno de los pilares de la narración gráfica en los periódicos norteamericanos. A veces jocosa en exceso, a veces llorosa hasta decir basta, Calvin & Hobbes es para muchos, una de las razones principales por la cual leemos comics. Los dejo con un link a un post de aquellos cuando nadie leía el blog. Una serie de tiras cómicas sobre la muerte de una ardilla y como esta puedo cambiar todo en la vida de un niño. Arte secuencial en su mejor expresión.


3 - Buddha (1972 – 1983)

No todos los comics son norteamericanos o europeos. El manga, el arte secuencial oriental, también ha sido el hogar de cientos de historias y aunque no lo crean, no todas son como Pokemon. Buddha de Osamu Tezuka, el dios del manga, narra la vida del príncipe Siddhartha, el fundador del Budismo. En ocho volúmenes épicos, Tezuka logra transmitir de una manera 100% caricaturesca y 100% auténtica, el amor y dolor de una persona hacia la vida misma. No es por nada, pero este comic es la mejor historia que he leído en mi vida sobre el propósito del ser humano en la tierra y sobre como todo es valioso, divino y merecedor de amor. No es broma. Tezuka sabe lo que hace y lo hace estupendamente bien. Al igual que Kirby, Tezuka ha influenciado generaciones de artistas y es sin lugar a dudas el mejor narrador gráfico japonés que ha existido. Y Buddha es su obra maestra.

2 - Mafalda (1964 – 1973)

¿Tengo que decir algo? ¿En serio? Todos la hemos leído y la verdad es que todos la damos por sentado. ¿Sabemos acaso cuánta suerte tenemos de poder leer los comentarios socio-políticos de Mafalda diariamente en El Comercio? Quino es un genio y cualquiera que diga lo contrario merecer ser enterrado hasta el cuello en un desierto. Según Umberto Eco, Mafalda tiene éxito de la misma forma que Carlitos y Snoopy: dándole voz a todos los niños que no son escuchados en el continente americano. Una niña en primaria, sus amigos y su familia fue el vehículo perfecto para decir lo que pasaba en el mundo de manera honesta y sin peros en la lengua. Dicho sea de paso, no creo que esté muy fuera de foco si digo que una persona podría tener un buen entendimiento sobre la Argentira y la Latinoamérica de los sesentas y las locuras de entonces solo con leer la colección completa de Mafalda.

(Flies on the Ceiling, Love & Rockets vol 9)

1 - Love and Rockets (1982 - Presente)

Por favor, todos ustedes que aman a Frank Miller y a Alan Moore no me tiren piedras por lo que voy a decir. ¿OK? Bien. Love and Rockets es a mi parecer el mejor comic estadounidense que se ha publicado jamás. Listo, lo dije. Al igual que Cerebus de Dave Sim, Love and Rockets es un monstruo narrativo de esos que pueden ser contado con solo una mano. Salido de las cabezas de los hermanos Jaime y Gilberto Hernandez, Love and Rockets cuenta dos historias paralelas, una manejada por Gilberto en un pueblo latinoamericano lleno de realismo mágico en el mejor estilo de Gabriel García Marquez, y la otra desarrollada por Jaime sobre Maggie y Hopey, amantes lesbianas en una ciudad con toques de sci-fi punk.

Lo brillante de Love and Rockets es lo real que se siente. El mundo en que habitan es un lugar verdadero y a cada personaje se la ha otorgado algo que nunca se le ha dado a un personaje de comics: la libertad de crecer y madurar. Así es. Cada personaje en Love and Rockets crece a medida que pasan los años. Maggie, la mecánica, tenía algo de 17 años cuando empezó el comic en 1982. Hoy en día está en sus cuarentas y ha vivido y cometido los suficientes errores para ser más real que cualquiera de nosotros. Tom Spurgeon dice que si varios conocedores se pusieran a elaborar las mejores 25 novelas gráficas norteamericanas de la historia, fácilmente un tercio sería puro Love and Rockets. Y la verdad, me suena totalmente razonable.