¿Quieren saber cómo es la rutina diraria de un mangaka anónimo? Miren el siguiente cuadro de todas sus actividades semanales.
Con razón hay tantos ponjas locos. El color azul indica las hora trabajando en bocetos. El color amarillo indica los huecos para almorzar. El gris las horas para dormir. El naranja las reuniones con editores. El verde las horas para trabajar en portadas y colorear las páginas. El rosado el tiempo en que asistentes ayudan. El blanco, el tiempo libre que tienen.
Así es. Solo tienen 3 horas libres a la semana para hacer cosas que no tengan que ver con comics. Todo un sistema industrializado, que no quepa duda. Pero con esto en cuenta, no sorprende que produzcan comics de 20-30 páginas por semana.
Con razón hay tantos ponjas locos. El color azul indica las hora trabajando en bocetos. El color amarillo indica los huecos para almorzar. El gris las horas para dormir. El naranja las reuniones con editores. El verde las horas para trabajar en portadas y colorear las páginas. El rosado el tiempo en que asistentes ayudan. El blanco, el tiempo libre que tienen.
Así es. Solo tienen 3 horas libres a la semana para hacer cosas que no tengan que ver con comics. Todo un sistema industrializado, que no quepa duda. Pero con esto en cuenta, no sorprende que produzcan comics de 20-30 páginas por semana.
(visto en Poststarboy)
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Comentarios
Saludos
Saludos
Tenía una cuarto de 2x2 en el que se encerraba y producía hoja tras hoja. Dibujaba en los carros, aviones, mientras comía, mientras iba a fiestas (tomaba una copa, se disculpalaba, iba a un cuarto a dibujar un par de páginas, regresaba por otro copa y repetía esta rutina). El tío al igual que muchos otros mangakas era una máquina.
Por otro lado, recuerdo que una vez trabajé con un chiquillo que le hacía asistencia a un mangaka y no la pasaban nada mal en la casa del artista gráfico, donde tenían de todo: desde comida y trago hasta videojuegos, películas y otras distracciones. Era una especie de hotel para rockeros en gira, pero sin salir al escenario y sin groupies, por supuesto.
Creo que los casos de Osamu Tezuka o el de un Jack Kirby en Occidente son excepcionales frente a la regla del trabajo conjunto.
Un abrazo, Gianco