¡Por fin! La lista dedicada a la mejor novela gráfica de la década sí que se tomó su tiempo, pero ojalá que luego de haberla leído, sientan que haya valido la pena la espera. Durante la elaboración de este listado, consideré varios factores pero sinceramente creo que el principal de todos fue preguntarme a mí mismo si alguien que no es un fan de comics encontraría algo que le guste en estas obras. Viendo los que escogí al final, debo confesar que estamos viviendo en una época del resurgimiento para el comic. La cantidad de material de calidad que encontré fue asombrosa y si existe una verdad determinante de todo este asunto es la siguiente: existen comics para el disfrute de todos. Antes de continuar, los dejo con los links a las categorías anteriores:
- Mejores Comics de Superheroes
- Mejores Números Sueltos
- Mejores Series Continuas
- Mejores Miniseries
- Mejores Comics Peruanos
- Mejores Comics No Gringos
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#10: Catwoman: Selina’s Big Score – Darwyn Cooke (DC Comics)
Hay una página en Selina’s Big Score que hace algo que nunca he visto en un comic. Es una escena que detalla la llegada de los personajes principales a las Vegas. Pero lo que podría haber sido una secuencia de un avión aterrizando o un carro avanzando linealmente por el desierto es en cambio un torrente de decenas de imágenes yuxtapuestas de humo, luces de neón, dados y mujeres. El efecto es el siguiente: una inyección a los sentidos que hasta nos hace escuchar música por un breve momento. No es broma. Jamás he vuelto a sentir algo similar en un comic.
El trabajo de Darwyn Cooke sobre el robo perfecto a un tren perpetuado por una Gatúbela sin disfraz es una pequeña joyita del género de atracos y engaños. No se toma lo suficientemente en serio y el resultado es una excelente aventura con grandes caracterizaciones y sin superhéroes. ¿Lo mejor de todo? Puedes sentir prácticamente a Cooke sonriendo como loco a la hora de dibujar cada una de estas páginas. Pocos autores logran este efecto en sus lectores. Cooke lo hace con un gol de media cancha.
NOTA: En los últimos dos años, todos los meses me doy una vuelta por el Crisol del Jockey Plaza y encuentro siempre la misma copia abandonada por un lado. ¿Seguirá ahí el próximo mes que vaya?
#9: Bodyworld – Dash Shaw
¿Un web comic? ¿Por qué no? Méritos le bastan y sobran. Shaw logró lo que cientos de personas intentaron antes que él y dinamitó exitosamente los límites de la pantalla digital, demostrando que existen virtudes en leer de comics desde una pantalla que no pueden traducirse a papel y tinta. ¿Me excedo si digo que encontró el calor de la lectura en la frialdad del monitor? Puede que sí pero lo que nadie pueda negar es que su historia futurista sobre un botánico adicto a las drogas que emprende un viaje con la intención de encontrar una nueva planta y fumarla, es algo inventivo, extraño, sicodélico e imparable. Desde el uso de mapas y diagramas de flujo para representar emociones humanas, Shaw continúa empujando la pared para demostrar que el comic (y en este caso el web comic) tiene virtudes intraducibles en otro medio.
Lo mejor de todo es que pueden leerlo sin ningún costo dando click aquí. Si no creen lo que digo sobre las propiedades del web comic, lean el último capítulo y pregúntense como puede traducirse a un formato impreso. Sería imposible.
#8: Black Hole – Charles Burns
Si tuviera que describir este comic con una sola palabra, creo que sería: negro. No es broma. Burns tiene que haber invertido en galones de galones de tinta para contar esta historia de adolescentes sexualmente activos en Seattle de la década de 1970. Pero no crean que solo estoy refiriéndome al negro desde un punto de vista gráfico. Los adolescentes de este comic empiezan como personas aparentemente normales, pero gradualmente visitaremos el alma negra de cada uno de ellos, un espacio lleno de sombras que llega a un orgasmo endemoniado de frustración, miedo y odio, todo gracias a una enfermedad venérea que muta físicamente a sus portadores.
La obra de Burns (que dicho sea de paso le tomó 10 años en acabar) es un recuento brillantemente dibujado de la soledad que todo joven siente en su transición a convertirse en un adulto y cómo esta de no ser satisfecha correctamente, puede llevarnos a un abismo de abandono y desesperación. ¿Mencioné que la enfermedad venérea hace que te crezcan bocas en tu cuello que susurran mientras duermes? Sí… también es ese tipo de comic.
#7: Blankets – Craig Thompson (Top Shelf)
En las últimas páginas de Blankets, Craig Thompson camina por la nieva y comenta lo “satisfactorio que es dejar una marca sobre una superficie en blanco.” En su opus de más de 500 páginas, Thompson hace precisamente esto. Toma varios de los elementos más trillados de los comics autobiográficos indie como el amor juvenil y el retraimiento social, para contar una historia profunda, poética y sobre todo, honesta. Si al comienzo dije que uno podía sentir a Darwyn Cooke sonriendo como un maniático en Selina’s Big Score, en Blankets uno puede sentir a Craig Thompson llorando mientras retrata esta odisea espiritual sobre cómo un niño se enamora, cómo aprende lo duro que es crecer, cómo aprende a seguir con su vida y cómo en un punto este niño se da cuenta que se ha convertido en un hombre.
Leí una vez que Blankets era la música de Elliott Smith en la forma de un comic autobiográfico y la verdad que no puede estar en desacuerdo. Al igual que las canciones de Smith, Blankets es un libro sobre el dolor humano y personal. Pero también es un cántico profundo sobre lo dulce y lo bello que es simplemente existir.
Nota: No dejen que el tamaño del libro los asuste. Si son como yo, se quedarán despiertos hasta altas horas de la madrugada y lo leerán todo en una noche.
#6: ACME Novelty Library – Chris Ware
Basta dar un breve vistazo al trabajo de Chris Ware para darnos cuenta que es un artista de comics totalmente distinto. Al igual que Spiegelman, Ware se encargó de empujar la valla un poco más alto, narrando historias de derrames emocionales y de congojas extremadamente negras que en la mayoría de casos no eran contadas a través de palabras, pero a través de manejos en la estructura de paneles y de diseños gráficos. En ACME Novelty Library, que junta varios tipos de historias y piezas que el autor hizo en los 2000, Ware despliega sus mejores armas, desde el uso de tiras de páginas completas, hasta avisos promocionales falsos y experimentos de técnica que buscan hablar de lo triste, divertida y estúpida que es la vida, siempre a través del puro uso de diseño gráfico.
Si quieren saber de qué es capaz el comic como medio, este es el libro que tienen que leer. Primero con Jimmy Corrigan y luego con esto, el hombre continúa rompiendo el formato, demostrando al mundo entero que no todos los comics deben parecerse a otros comics.
#5: The League of Extraordinary Gentlemen: The Black Dossier – Alan Moore & Kevin O’Neill (ABC Comics)
El comic que empezó como las aventuras de un grupo de héroes de la literatura victoriana se convirtió en un monstruo completamente distinto para el tercer volumen. Trataré de explicarlo de la forma más racional posible y si suena como un laberinto, es porque lo es. Moore y O’Neill crearon el caos perfecto de la esencia de la cultura pop del siglo veinte en esta novela que explica de una forma totalmente lógica cómo es que James Bond es un reprimido sexual y cómo el Tercer Hombre del film de Carol Reed tiene más que ver con 1984 de George Orwell de lo que imaginamos.
Sin embargo, lo genial de esta novela gráfica es el cambio constante del lenguaje que aplica. Por momentos la historia de los personajes principales frena en seco y nos adentramos a papeles sin imágenes que van desde documentos escritos 100% en neolengua, el idioma que Gran Hermano impuso en 1984, hasta la obra perdida de Shakespeare, pasando por un cuento inédito de Jack Kerouac que explica cómo Dean Moriarty tiene un vínculo insospechado con el enemigo mortal de Sherlock Holmes. ¿Mencioné que incluso el tipo de hoja cambia dependiendo de qué material estamos leyendo? ¿O que el final es narrado en 3D como metáfora de un nivel de conciencia superior? Moore canaliza el espíritu de cientos de autores y siendo siempre fiel al estilo de cada uno, crea algo que solo puede describirse con una sola palabra: genio.
#4: Persepolis – Marjane Satrapi
Resumir este comic puede parecer sencillo: “Una niña crece en una Irán post revolucionaria”. Si bien esta línea explica de qué trata la obra maestra de Marjane Satrapi, lo que no puede hacer es describir la honestidad desgarradora que su autora logra transmitir con tan solo papel y tinta. Marjane es una mujer real y este comic es una ventana abierta a su niñez mostrándonos sus dolores y sus placeres sin maquillar absolutamente nada.
Y es que Persepolis no solo narra los efectos devastadores de haber crecido en medio de una revolución islámica. Al igual que Maus, la obra de Satrapi es un desnudo emocional en el que la autora descubre su corazón para la vista de todos. Para Marjane, el marxismo de sus padres y las políticas de su país tienen el mismo peso que las reglas sinsentido de la cultura en la que vive y si bien hay pequeñas victorias en escuchar música prohibida por la sociedad a escondidas, la muerte y el costo de la vida humana es una nube negra que flota sobre todos los personajes y que sirve como un constante recordatorio de lo dulce y frágil que es la vida. ¿Mencioné también que nos rompe un poco el corazón y que nos enseña a sonreír frente a lo absurdo de la vida? Sí… también logra hacer eso.
#3: Mother Come Home – Paul Hornschemeier
Mother Come Home es muchas veces olvidada por la lectoría en general y el único motivo que podría explicar este fenómeno es que la obra es tan oscura y deprimente que a lo mejor nuestro subconsciente escoge encerrarla en un lugar de nuestro cerebro donde no podamos encontrarla fácilmente. Este comic que narra la relación entre un niño y su familia es como un cuchillo de acero directo al corazón. Puedes saborear el metal frío detrás de tu lengua y puedes sentir como tu pecho se contrae a medida que vas pasando las páginas y como te imaginarás, no puedes hacer nada al respecto. Esta es la historia de un niño solo en la vida. Un niño que pierde lo que más ama y que lo único que encuentra en los brazos de su padre es un vacío incomprensible y una clara decepción de esas que desearíamos jamás ver en los ojos de las personas que nos trajeron al mundo.
El libro de Hornschemeier es como un eclipse perenne. Todo está cubierto de negro y a medida que avanza nos quita un poco de nuestra humanidad para al final devolvérnoslo y hacernos llorar por la realización de lo débil que somos todos nosotros. Si sienten que no dije nada sobre la obra, creo honestamente que es mejor así. Este comic no es apto para los débiles de corazón.
#2: El gato del rabino – Joann Sfar
La historia es simple. En la década de 1930 en Argelia, el gato de un rabino ataca a un loro y luego de comérselo, obtiene la habilidad de hablar. Lo primero que hace para sorpresa de su dueño es… mentir. Así empieza lo que definitivamente es uno de los mejores trabajos hechos en Europa en los últimos diez años. La creación de Sfar no es un gato cualquier. Es un ser que reconoce su condición de animal y que al momento de abrir la boca dice exactamente lo que los humanos pensamos en secreto de nuestras mascotas. Y es que el gato es una especie de filósofo maquiavélico. Hace preguntas constantes sobre el cielo y el infierno. Miente siempre que le conviene y cuando su amo quiere educarlo en las enseñanzas de su religión para convertirlo al judaísmo, el gato no tiene mejor solución que exigir un Bar Mitzvah en su honor.
La obra de Sfar es una gran jornada de esas que son imposibles de hacer hoy en día y que se desenvuelve con gran espiritualidad gracias a la increíble paleta de colores del francés. Cada parte de su viaje, cada paso en su jornada tiene un texto, un sabor y un aroma distintivo que es transmitido directamente a las fosas nasales del lector. Sfar ha creado un mundo lleno de vida, una cápsula del tiempo de una época en la que los judíos y árabes convivían y en el que un gato extraño era capaz de apreciar la belleza y lo peculiar de la vida mejor que cualquier persona en la tierra.
#1: Curses – Kevin Huizenga
Curses es un comic construido como una pequeña obra de ingeniería. Cada historia tiene decenas de capas narrativas que nos invaden de información por todos lados y que usan datos históricos, sociales y religiosos para indagar en el drama humano de los personajes. En ‘La Maldición’, cuando el personaje principal empieza a hablar de cómo los estorninos (aves del antiguo continente) chillan de noche, molestando a su esposa y a su recién nacido, Huizenga decide irse por la tangente y crea un análisis que habla de la llegada de las aves al continente americano, su relación con Shakespeare y cómo simbolizan el fin de la sociedad como la conocemos. Huizenga es un monstruo y en Curses, cualquier elemento por más pequeño que sea es una puerta a un mundo de investigaciones y revelaciones humanas.
Sin embargo, no vayan a creer que el comic es solo una recopilación de datos. Huizenga es un maestro del misticismo urbano y en esta novela gráfica, pinta una ciudad poblada de dilemas éticos en la que eventos cotidianos son símbolos de lo sagrado y lo espiritual. El resultado es una obra que al igual que muchos de los trabajos de Alan Moore, hace algo imposible: mostrarnos cosas que hemos visto cientos de veces, ponerlas de cabeza, enseñarlas desde un ángulo desconocido y convertirlas de esta forma en cosas completamente nuevas. ¿Es Huizenga el caricaturista más importante de su generación? Si me preguntan en este instante, les respondería con un rotundo sí.
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Fue toda una odisea encontrar 10 comics en todas las categorías, pero valió la pena. ¡Gracias a todos por leer!
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- Mejores Comics Peruanos
- Mejores Comics No Gringos
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#10: Catwoman: Selina’s Big Score – Darwyn Cooke (DC Comics)
Hay una página en Selina’s Big Score que hace algo que nunca he visto en un comic. Es una escena que detalla la llegada de los personajes principales a las Vegas. Pero lo que podría haber sido una secuencia de un avión aterrizando o un carro avanzando linealmente por el desierto es en cambio un torrente de decenas de imágenes yuxtapuestas de humo, luces de neón, dados y mujeres. El efecto es el siguiente: una inyección a los sentidos que hasta nos hace escuchar música por un breve momento. No es broma. Jamás he vuelto a sentir algo similar en un comic.
El trabajo de Darwyn Cooke sobre el robo perfecto a un tren perpetuado por una Gatúbela sin disfraz es una pequeña joyita del género de atracos y engaños. No se toma lo suficientemente en serio y el resultado es una excelente aventura con grandes caracterizaciones y sin superhéroes. ¿Lo mejor de todo? Puedes sentir prácticamente a Cooke sonriendo como loco a la hora de dibujar cada una de estas páginas. Pocos autores logran este efecto en sus lectores. Cooke lo hace con un gol de media cancha.
NOTA: En los últimos dos años, todos los meses me doy una vuelta por el Crisol del Jockey Plaza y encuentro siempre la misma copia abandonada por un lado. ¿Seguirá ahí el próximo mes que vaya?
#9: Bodyworld – Dash Shaw
¿Un web comic? ¿Por qué no? Méritos le bastan y sobran. Shaw logró lo que cientos de personas intentaron antes que él y dinamitó exitosamente los límites de la pantalla digital, demostrando que existen virtudes en leer de comics desde una pantalla que no pueden traducirse a papel y tinta. ¿Me excedo si digo que encontró el calor de la lectura en la frialdad del monitor? Puede que sí pero lo que nadie pueda negar es que su historia futurista sobre un botánico adicto a las drogas que emprende un viaje con la intención de encontrar una nueva planta y fumarla, es algo inventivo, extraño, sicodélico e imparable. Desde el uso de mapas y diagramas de flujo para representar emociones humanas, Shaw continúa empujando la pared para demostrar que el comic (y en este caso el web comic) tiene virtudes intraducibles en otro medio.
Lo mejor de todo es que pueden leerlo sin ningún costo dando click aquí. Si no creen lo que digo sobre las propiedades del web comic, lean el último capítulo y pregúntense como puede traducirse a un formato impreso. Sería imposible.
#8: Black Hole – Charles Burns
Si tuviera que describir este comic con una sola palabra, creo que sería: negro. No es broma. Burns tiene que haber invertido en galones de galones de tinta para contar esta historia de adolescentes sexualmente activos en Seattle de la década de 1970. Pero no crean que solo estoy refiriéndome al negro desde un punto de vista gráfico. Los adolescentes de este comic empiezan como personas aparentemente normales, pero gradualmente visitaremos el alma negra de cada uno de ellos, un espacio lleno de sombras que llega a un orgasmo endemoniado de frustración, miedo y odio, todo gracias a una enfermedad venérea que muta físicamente a sus portadores.
La obra de Burns (que dicho sea de paso le tomó 10 años en acabar) es un recuento brillantemente dibujado de la soledad que todo joven siente en su transición a convertirse en un adulto y cómo esta de no ser satisfecha correctamente, puede llevarnos a un abismo de abandono y desesperación. ¿Mencioné que la enfermedad venérea hace que te crezcan bocas en tu cuello que susurran mientras duermes? Sí… también es ese tipo de comic.
#7: Blankets – Craig Thompson (Top Shelf)
En las últimas páginas de Blankets, Craig Thompson camina por la nieva y comenta lo “satisfactorio que es dejar una marca sobre una superficie en blanco.” En su opus de más de 500 páginas, Thompson hace precisamente esto. Toma varios de los elementos más trillados de los comics autobiográficos indie como el amor juvenil y el retraimiento social, para contar una historia profunda, poética y sobre todo, honesta. Si al comienzo dije que uno podía sentir a Darwyn Cooke sonriendo como un maniático en Selina’s Big Score, en Blankets uno puede sentir a Craig Thompson llorando mientras retrata esta odisea espiritual sobre cómo un niño se enamora, cómo aprende lo duro que es crecer, cómo aprende a seguir con su vida y cómo en un punto este niño se da cuenta que se ha convertido en un hombre.
Leí una vez que Blankets era la música de Elliott Smith en la forma de un comic autobiográfico y la verdad que no puede estar en desacuerdo. Al igual que las canciones de Smith, Blankets es un libro sobre el dolor humano y personal. Pero también es un cántico profundo sobre lo dulce y lo bello que es simplemente existir.
Nota: No dejen que el tamaño del libro los asuste. Si son como yo, se quedarán despiertos hasta altas horas de la madrugada y lo leerán todo en una noche.
#6: ACME Novelty Library – Chris Ware
Basta dar un breve vistazo al trabajo de Chris Ware para darnos cuenta que es un artista de comics totalmente distinto. Al igual que Spiegelman, Ware se encargó de empujar la valla un poco más alto, narrando historias de derrames emocionales y de congojas extremadamente negras que en la mayoría de casos no eran contadas a través de palabras, pero a través de manejos en la estructura de paneles y de diseños gráficos. En ACME Novelty Library, que junta varios tipos de historias y piezas que el autor hizo en los 2000, Ware despliega sus mejores armas, desde el uso de tiras de páginas completas, hasta avisos promocionales falsos y experimentos de técnica que buscan hablar de lo triste, divertida y estúpida que es la vida, siempre a través del puro uso de diseño gráfico.
Si quieren saber de qué es capaz el comic como medio, este es el libro que tienen que leer. Primero con Jimmy Corrigan y luego con esto, el hombre continúa rompiendo el formato, demostrando al mundo entero que no todos los comics deben parecerse a otros comics.
#5: The League of Extraordinary Gentlemen: The Black Dossier – Alan Moore & Kevin O’Neill (ABC Comics)
El comic que empezó como las aventuras de un grupo de héroes de la literatura victoriana se convirtió en un monstruo completamente distinto para el tercer volumen. Trataré de explicarlo de la forma más racional posible y si suena como un laberinto, es porque lo es. Moore y O’Neill crearon el caos perfecto de la esencia de la cultura pop del siglo veinte en esta novela que explica de una forma totalmente lógica cómo es que James Bond es un reprimido sexual y cómo el Tercer Hombre del film de Carol Reed tiene más que ver con 1984 de George Orwell de lo que imaginamos.
Sin embargo, lo genial de esta novela gráfica es el cambio constante del lenguaje que aplica. Por momentos la historia de los personajes principales frena en seco y nos adentramos a papeles sin imágenes que van desde documentos escritos 100% en neolengua, el idioma que Gran Hermano impuso en 1984, hasta la obra perdida de Shakespeare, pasando por un cuento inédito de Jack Kerouac que explica cómo Dean Moriarty tiene un vínculo insospechado con el enemigo mortal de Sherlock Holmes. ¿Mencioné que incluso el tipo de hoja cambia dependiendo de qué material estamos leyendo? ¿O que el final es narrado en 3D como metáfora de un nivel de conciencia superior? Moore canaliza el espíritu de cientos de autores y siendo siempre fiel al estilo de cada uno, crea algo que solo puede describirse con una sola palabra: genio.
#4: Persepolis – Marjane Satrapi
Resumir este comic puede parecer sencillo: “Una niña crece en una Irán post revolucionaria”. Si bien esta línea explica de qué trata la obra maestra de Marjane Satrapi, lo que no puede hacer es describir la honestidad desgarradora que su autora logra transmitir con tan solo papel y tinta. Marjane es una mujer real y este comic es una ventana abierta a su niñez mostrándonos sus dolores y sus placeres sin maquillar absolutamente nada.
Y es que Persepolis no solo narra los efectos devastadores de haber crecido en medio de una revolución islámica. Al igual que Maus, la obra de Satrapi es un desnudo emocional en el que la autora descubre su corazón para la vista de todos. Para Marjane, el marxismo de sus padres y las políticas de su país tienen el mismo peso que las reglas sinsentido de la cultura en la que vive y si bien hay pequeñas victorias en escuchar música prohibida por la sociedad a escondidas, la muerte y el costo de la vida humana es una nube negra que flota sobre todos los personajes y que sirve como un constante recordatorio de lo dulce y frágil que es la vida. ¿Mencioné también que nos rompe un poco el corazón y que nos enseña a sonreír frente a lo absurdo de la vida? Sí… también logra hacer eso.
#3: Mother Come Home – Paul Hornschemeier
Mother Come Home es muchas veces olvidada por la lectoría en general y el único motivo que podría explicar este fenómeno es que la obra es tan oscura y deprimente que a lo mejor nuestro subconsciente escoge encerrarla en un lugar de nuestro cerebro donde no podamos encontrarla fácilmente. Este comic que narra la relación entre un niño y su familia es como un cuchillo de acero directo al corazón. Puedes saborear el metal frío detrás de tu lengua y puedes sentir como tu pecho se contrae a medida que vas pasando las páginas y como te imaginarás, no puedes hacer nada al respecto. Esta es la historia de un niño solo en la vida. Un niño que pierde lo que más ama y que lo único que encuentra en los brazos de su padre es un vacío incomprensible y una clara decepción de esas que desearíamos jamás ver en los ojos de las personas que nos trajeron al mundo.
El libro de Hornschemeier es como un eclipse perenne. Todo está cubierto de negro y a medida que avanza nos quita un poco de nuestra humanidad para al final devolvérnoslo y hacernos llorar por la realización de lo débil que somos todos nosotros. Si sienten que no dije nada sobre la obra, creo honestamente que es mejor así. Este comic no es apto para los débiles de corazón.
#2: El gato del rabino – Joann Sfar
La historia es simple. En la década de 1930 en Argelia, el gato de un rabino ataca a un loro y luego de comérselo, obtiene la habilidad de hablar. Lo primero que hace para sorpresa de su dueño es… mentir. Así empieza lo que definitivamente es uno de los mejores trabajos hechos en Europa en los últimos diez años. La creación de Sfar no es un gato cualquier. Es un ser que reconoce su condición de animal y que al momento de abrir la boca dice exactamente lo que los humanos pensamos en secreto de nuestras mascotas. Y es que el gato es una especie de filósofo maquiavélico. Hace preguntas constantes sobre el cielo y el infierno. Miente siempre que le conviene y cuando su amo quiere educarlo en las enseñanzas de su religión para convertirlo al judaísmo, el gato no tiene mejor solución que exigir un Bar Mitzvah en su honor.
La obra de Sfar es una gran jornada de esas que son imposibles de hacer hoy en día y que se desenvuelve con gran espiritualidad gracias a la increíble paleta de colores del francés. Cada parte de su viaje, cada paso en su jornada tiene un texto, un sabor y un aroma distintivo que es transmitido directamente a las fosas nasales del lector. Sfar ha creado un mundo lleno de vida, una cápsula del tiempo de una época en la que los judíos y árabes convivían y en el que un gato extraño era capaz de apreciar la belleza y lo peculiar de la vida mejor que cualquier persona en la tierra.
#1: Curses – Kevin Huizenga
Curses es un comic construido como una pequeña obra de ingeniería. Cada historia tiene decenas de capas narrativas que nos invaden de información por todos lados y que usan datos históricos, sociales y religiosos para indagar en el drama humano de los personajes. En ‘La Maldición’, cuando el personaje principal empieza a hablar de cómo los estorninos (aves del antiguo continente) chillan de noche, molestando a su esposa y a su recién nacido, Huizenga decide irse por la tangente y crea un análisis que habla de la llegada de las aves al continente americano, su relación con Shakespeare y cómo simbolizan el fin de la sociedad como la conocemos. Huizenga es un monstruo y en Curses, cualquier elemento por más pequeño que sea es una puerta a un mundo de investigaciones y revelaciones humanas.
Sin embargo, no vayan a creer que el comic es solo una recopilación de datos. Huizenga es un maestro del misticismo urbano y en esta novela gráfica, pinta una ciudad poblada de dilemas éticos en la que eventos cotidianos son símbolos de lo sagrado y lo espiritual. El resultado es una obra que al igual que muchos de los trabajos de Alan Moore, hace algo imposible: mostrarnos cosas que hemos visto cientos de veces, ponerlas de cabeza, enseñarlas desde un ángulo desconocido y convertirlas de esta forma en cosas completamente nuevas. ¿Es Huizenga el caricaturista más importante de su generación? Si me preguntan en este instante, les respondería con un rotundo sí.
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Fue toda una odisea encontrar 10 comics en todas las categorías, pero valió la pena. ¡Gracias a todos por leer!
Comentarios
Primero. Me parece debatible la definición que das al Black Dossier, como una ''novela gráfica''. El propio Moore manifestó que se sintió muy incómodo con DC por el hecho de haber promocionado al Black Dossier como ''el Vol. 3 de la Liga'', pues la verdadera intención de este tomo, era precisamente, ser eso: un ''dossier'', un libro de consulta de los lectores de la Liga, en un formato y con un lenguaje más libre y más amplio de los que se encuentran normalmente en un ''cómic de narrativa convencional''. Esto, al margen de la parte del libro que sí cuenta una historia en un sentido tradicional, y que es sólo una parte del tomo, que ofrece abundante información, y muchas veces con un toque lúdico (juegos, chistes, trípticos, documentos, cuentos, etc.). El verdadero Vol.3 de la Liga viene a ser la trilogía de Century, de la que ya salió el primer tomo: 1910, historia que me parece debió ocupar un lugar en la lista y que sí es una ''novela gráfica'' en sentido más estricto.
El segundo comentario es que me parece que precisamente en ésta categoría debías hacer la aclaración que el ranking está basado sólamente en lo que tú has leído o podido leer. Obviamente, por mucho que hayas leído tú que debes ser bastante), definitivamente tienes vacíos o ''deudas pendientes'' de lo que se publicó en la pasada década. Estoy seguro de que de haberlas leído, de todas maneras hubieras puesto alguna de las novelas gráficas que tanto Gilbert como Jaime Hernández publicaron la decada pasada: Dicks and Deedees, Ghost of Hoppers y The Education of Hopey Glass el primero o Luba in America, The book of Ofelia o Three Daughters el segundo.
Estos títulos son sólo un ejemplo, por eso creo que debías hacer la aclaración respectiva antes de postear tu artículo, que por lo demás es muy interesante y gracias por las recomendaciones.
Saludos!!!
si pierdo mi tiempo contrato un hacker para que destruya tu blog.
Claro que me gustaría haber leído todos los comics de todos los tiempos (en realidad no, solo los buenos, de hecho hay mucha basura por ahí) pero aún así reconozco que hay cientos de títulos que me falta descubrir. Y creo que eso es lo bacán de hacer listas. Yo puedo decir las 10 que me gustan y uds de hecho me imagino tendrán otras sugerencias. Al final todos compartimos lo que nos parece bueno.
Guido:
Sobre lo del Black Dossier, potatoes, potatos. Si bien no es una aventura de la liga per se como indicas, es el 3er libro publicado por Wildstorm sobre estos personajes.
Y sobre lo de L&R, totalmente de acuerdo. The Education of Hopey Glass es en especial un libro que me muero de ganas por leer. Saludos!
Los demas no los he podido leer lamentablemente.
Lo que si es bueno que hagas este tipo de rankings, si bien son comics que te gustan nosotros podemos tomarlos como referencia, creo que ese es el objetivo.
Saludos.
Saludos Roger!
Y una duda el Bodyworld es exactamente una novela gráfica? Ha sido publicada???
Un saludo
Otros, como Curses y ACME Novelty library tienen partes que han sido publicados en otras publicaciones como el New Yorker.
En el caso de Bodyworld, si bien es un web comic, estoy al tanto que va a ser publicado como novela gráfica este año si mal no recuerdo. Aunque como dije, no tengo la más mínima idea como harán el final del cap 12. A lo mejor una super pagina en forma de folleto vertical? no se...
Saludos!
Y claro, si nos ponemos a tratar de definir exactamente qué es una novela gráfica, pues vamos a llegar a la más triste conclusión: un término acuñado por un grupo de empresarios encorbatados capitalistas que buscaron la manera de hacerle creer a mucha gente acomplejada que algunos cómics no son cómics, sino ''novelas gráficas'' para que no se sientan mal por estar leyendo un cómic (yo leyendo un cómic?, nunca por favor, son cosas de niños!) sino otra cosa.
Al final es un término empresarial que busca marketear algunos productos historietísticos y hacerlos ''más presentables'' o ''más maduros'' o ''equipararlos con los otros medios artísticos como el cine o la literatura''.
En realidad al final esto perjudica al cómic como medio y le quita legitimidad, causando el efecto contrario al que se desea. El cómic de por sí, y sin necesidad de cambiarle el nombre o ''maquillarlo'' es un medio artístico legítimo tan válido como los otros.
PD: Ahora, claro, con el uso ya se ha hecho común usar este término, generalmente para definir cómics extensos que salen ''de frente'' en un formato tipo tomo.
Saludos!
Obviamente con el tiempo el término se ha ido dervirtuando para denominar todo aquello que, como bien dices Guido, se edita en tomo.
Incluso hay comics argentinos o españoles que usaron el término novela gráfica unos buenos 30 años antes que Eisner si mal no recuerdo. Saludos!
Pero estaba bien seguro que Eisner habia acuñado la frase de marras.
Saludos!