Los Mejores Comics de la Década PARTE 2 - Números Sueltos

Seguimos con las listas de lo mejor de la década pasada. En la primera parte, vimos cuáles fueron los mejores comics de superhéroes. En este segundo punto examinaremos cuáles fueron los mejores números sueltos del 2000 al 2009. Como sabemos, la gran mayoría de comics están narrados a través de panfletos mensuales de 24 páginas en su mayoría. A veces son parte de una historia más grande. A veces son stand alone issues, que quiere decir que funcionan por sí solos sin tener que saber mucho de los personajes. Los dejo entonces, con mis favoritos de la década pasada.


#10: DANG! – Martin Cendreda

En Dang!, Martin Cendreda hace lo que mucho otros comics han intentado en el pasado: darle vida a un animal antropomórfico, un can llamado Herbet Hound y nos muestra el mundo a través de sus ojos. Pero a diferencia de las otras decenas de comics que han fallado con esta idea, Cendreda opta por retratar la odisea emocional de Herbert, un ser trágico que tiene que encarar un día a día poblado de adolescentes pitucos, de yupis sin escrúpulos y de huérfanos callejeros. Con cinco historias distintas, Dang! apunta a un estilo minimalista de seis paneles por página que resulta en una fluidez narrativa, algo ideal si lo que se busca es transmitir melancolía, dolor y humor negro a la vez. Y si eso no los convence, digamos que también aparece Optimus Prime haciendo bromas sobre testículos. ‘Nuff said.


#9: Preacher #66 – Garth Ennis y Steve Dillon (VERTIGO)

No crean que sea trampa. El último número de Preacher salió en el año 2000, lo que automáticamente lo incluye en esta categoría. Lo genial del último número es la forma en la que Ennis ata todos los cabos, les da un final redondo a todos los protagonistas y encima se da tiempo para contar el final en un formato distinto. Me explico. En lugar de armar una narrativa gráfica de secuencias que avance de un punto A a un punto B, Ennis y Dillon deciden dejar que los personajes se expresen por sí solos a través de cartas en las que escriben todo lo que han querido decirse y que por miedos y odios nunca lo hicieron. Lo que nos queda entonces son mensajes ficticios escritos a puño y letra y breves flashes temporales en los que todos se encuentran a sí mismos con una pequeña dosis de paz interior, lo suficiente para hacerlos sonreír. Al final, los autores nos dejan con dos grandes imágenes, cada una de dos páginas enteras, que resumen en una acción y en una línea de diálogo, todo lo bueno de este comic. Si quieren armar una historia épica, esta es la forma de acabarla.


#8: Bart Simpsons’ Treehouse of Horror #15 - Sammy Harkham (BONGO)

Durante los años se han escrito cientos comics de los Simpsons. Sin embargo, este número de terror del 2009 resalta del resto por un solo motivo: Sammy Harkham. Bongo tuvo la genial idea de traer al creador de Kramers Ergot como editor invitado y el resultado fue una reunión de las versiones más extrañas e idiosincráticas que los habitantes de Springfield han visto. Solo basta ver la lista de artistas invitados para tener una leve idea: Kevin Huizenga, Ted May, Ben Jones, Jeffrey Brown y Jon Vermilyea. ¿Aún quedan dudas? Los cuentos cortos de esta antología llevan elementos particulares de los Simpsons, como la sicodelia alcohólica del patriarca o el orden compulsivo de Marge a límites inesperados y lo que vemos es algo 100% verdadero. Cuando Tim Hensley reinterpreta los créditos del inicio al dibujar a cada personaje reviviendo la misma llegada al sofá de miles de formas distintas, la respuesta es clara y honesta: “No vuelvas a casa.”


#7: Mephisto and the Empty Box - Matt Kindt (PISTOLWHIP)

La premisa de este comic es lo suficientemente genial como para otorgarle un puesto en esta lista. Cuando un recién casado anima a su esposa a participar en un acto mágico de desaparición, lo último que esperaría es que se desate una balacera y que el mago muera trágicamente sin traer de vuelta a su amada. Lo que sigue es una historia de angustia y desesperación en la que el novio adopta el manto del hechicero, obsesionado con la caja mágica y con la esperanza de “aparecer” a su esposa eventualmente. Pero la premisa no es lo único brillante. Usando un estilo sofisticado de líneas delgadas e imágenes planas, Kindt no emplea ni una palabra de más. Usa lo suficiente y al final el comic se convierte en una observación de cómo el amor llena nuestras vidas y de cómo una vida en soledad puede ser igual que la muerte. O mejor dicho, igual que una caja de magia vacía.


#6: Madman Atomic Comics #3 - Mike Allred (IMAGE)

¿Cómo empezar a explicar este comic? Digamos que en este número de 24 páginas, Mike Allred usa la muerte (¿o era el sueño?) del personaje principal para canalizar toda la esencia histórica de la caricatura del siglo pasado, cambiando radicalmente de estilos e interpretando con amor y respeto el trabajo de más de 50 genios del medio. En un viaje sicodélico a través del mar de la conciencia, Madman pasa de navegar el océano sobre una cama al mejor estilo de Winsor McKay a luchar entre los cielos y las tinieblas, como si estuviese siendo dibujado por un Neal Adams joven. Todos, desde Walt Kelly hasta Frank Miller están presentes en espíritu y en su búsqueda de su yo interior, Madman los visitará a cada uno. El hecho que el comic es también una introspección poética a la esencia del protagonista y a sus miedos y obsesiones es un plus.


#5: The Muppet Show Comic Book #1 – Roger Langridge (BOOM Studios)

Ya sé lo que deben estar pensando algunos de ustedes. “¿Primero los Simpsons? ¿Ahora un comic de los Muppets? ¿Qué sigue? ¿Scooby Doo?” Pero antes que saquen las hoces, déjenme decirles lo siguiente. El comic de Landridge, dirigido claramente a un público infantil, es el primero en años que funciona como un comic para todas las edades. Al igual que su irrepetible versión de TV, esta historieta es un vaudeville de esos que ya no existen y que mezclan el pathos de los personajes con comedia y música. Si tuviera que buscarle algún equivalente en otro medio, lo más probable es que escoja ‘A Prairie Home Companion’ de Robert Altman… Así es. Acabo de comparar a los Muppets con un film de Altman y es que ambos funcionan en dos niveles. En primer lugar, es un programa cómico de variedades. Veremos las rutinas clásicas del Chef Suizo, los Cerditos en el Espacio y las gallinas musicales de Gonzo. Pero en un segundo plano, es un comic que examina los entretelones del show y que dedica cada impresión al viaje emocional de un personaje. Este primer número se enfoca en la tristeza de la Rana René y es que como muchas personas, René extraña su casa y el viejo pantano. De manera versátil y dinámica Langridge logra lo imposible: nos da historias que parecen haber sido escritas por Jim Henson y compañía. Y entre nos, eso es más que suficiente para ubicar al comic en este puesto.


#4: All Star Superman #6 – Grant Morrison y Frank Quitely (DC)

Morrison sabe que el mejor efecto que un comic puede tener en un lector es divertirlo y conmoverlo a la vez. Siguiendo fielmente esta regla, All Star Superman #6 continúa reinterpretando la edad de plata, aplicando su tono inocente y fantástico a un universo de paradojas emocionales modernas. En este número, Morrison viaja al pasado, a las épocas mozas del hombre de acero, cuando lo único que se necesitaba para hacer feliz a un niño era una familia amorosa y un perro volador. Sin embargo, lo brillante del número es la reinterpretación de la muerte de cierto personaje (seguro saben de quién hablo) y cómo nos hace pensar en lo simbólico que fue este momento en la vida del joven Clark. Al desechar la norma moderna de que todos los comics mejoran cuando son oscuros, toscos y más “realistas”, los autores demuestran que a veces una rosa dorada y un adiós es todo lo que se necesita para entender qué es lo que significa ser verdaderamente humano.


#3: Promethea #10 – Alan Moore y JH Williams III (WILDSTORM)

‘Sexo, estrellas y serpientes’ es en pocas palabras un comic de 24 páginas en las que dos personajes tienen sexo. Así de fácil. Sin embargo, eso no es todo lo que sucede ya que fiel a su estilo, el brujo de Northampton voltea el concepto del apareamiento sobre su cabeza y nos muestra lo que en verdad significa la unión de los órganos reproductivos entre un hombre y una mujer. De esta forma, un evento se sexo tántrico en el que el tono aumenta gradualmente hasta llegar al orgasmo se convierte en una exploración sicodélica y erótica del cuerpo y de las fundaciones de la vida. Como lo dice el mismo Moore, se trata de ver cómo “la voluntad penetra el misterio” y de cómo dos cuerpos se convierten en uno. Y no hay mejor copiloto para una historia como esta que JH Williams III. Cada página es un hoyo en uno en composición y diseño. Cuando vemos a todos los dioses del mundo compartir el acto sexual, en una posición que nos recuerda la mitología hindú y la portada de un álbum de Jimi Hendrix a la vez, sabemos que estamos en el camino correcto. Al final, todo es magia, sexo y vudú.


#2: SOLO #3 – Paul Pope

Paul Pope es frecuentemente comparado a una estrella de rock. Sus trabajos, su manejo caótico pero preciso de la tinta y su propia personalidad evocan ese sentimiento de rebeldía anárquica que todo músico busca exhibir en sus canciones. Si tomamos esto en cuento, SOLO #3 es entonces su disco de covers de la DC. En este número de la corta pero gran alabada antología, Pope tiene un escenario vacío para jugar con todos los personajes de la DC y para contar sus propias historias. Veremos así, su versión de la leyenda de Teseo y el Minotauro, la razón de ser de Robin y en especial, un verdadero cover de OMAC, ya que Pope adapta un relato que Kirby escribió en 1974 con su propia estética, llegando al punto de copiar todo el diálogo, palabra por palabra. Pero quizás la mejor parte es el pequeño cuento basado en la vida real del autor, una pequeña anécdota que muestra el punto exacto en que Pope se dio cuenta cómo funcionaba el mundo verdadero. Pope es indiscutiblemente uno de los mejores artistas modernos del medio. Y en este comic, tiene libertad editorial de hacer todo lo que quiera. Y el resultado es excepcional. Ojalá todos los comics fuesen así.


#1: Eightball 23 - Daniel Clowes

Daniel Clowes ha hecho un pacto con el diablo. Sencillamente no hay otra explicación para lo que hizo con “El Rayo de la Muerte”, una historia que se extiende por años en la vida de Andy, un chico con poderes y con un juguete extremadamente peligroso. El protagonista de Eightball #23 es el tedio personificado. A través de capítulos cortos que saltan de tonos caricaturescos a estilos naturalistas a splash pages llenos de acción, Clowes nos enseña lo que en verdad implicaría tener super poderes para un adolescente: tormento juvenil, amistades rotas y altos niveles de represión sexual. En el comic, Clowes no solo juega con estilos gráficos distintos. También crea un bello rompecabezas lineal en el que una versión adulta y triste de Andy recuerda los momentos que marcaron su paso a la adultez: su primer cigarrillo, una pelea con su mejor amigo y su primera obsesión sexual. Clowes sabe que estos son los instantes que importan y los que se quedan con nosotros para toda la vida.

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Seguimos mañana con las mejores miniseries y las mejores series continuas. ¡Nos vemos!

Comentarios

Jesús Cossio ha dicho que…
Hola.

Una pequeña acotación en cuanto al Eightball: es probable que todo esté pasando en la mente del portagonista. Eso es paja también.
zetsubou kiddo ha dicho que…
mis primeras obsesiones sexuales que tuve son las que mas quiero olvidar...voy a ir a la carcel por ellas!!!!!!!!!!!!!!!!
Gianco ha dicho que…
hey jesus!
Ahhh fíjate. Claro, le da otra dimensión a la obra. Interesssssting.