Lo que voy a decir lo digo con total seriedad y honestidad: Respeto a todas las personas que hacen cosplay. Va en serio. No es fácil ponerse un disfraz y ejecutar todos los movimientos característicos de un personaje fantástico, sabiendo que por más que uno se esfuerce, nunca pero nunca llegará a verse igual. Y es que hacer esto requiere una pasión desmesurada, un deseo imposible de adoptar una identidad ajena (y ficticia, dicho sea de paso). O como lo dice Michael Chabon:
Como la persona que lo viste, el disfraz del superhéroe es, por definición, un objeto imposible. No puede existir.
Uno puede fácilmente encontrar evidencia sugestiva para este hecho en cualquier comic al estudiar el espectáculo de aquellos bravos y valientes que van a las convenciones de comics vestidos de sus personajes favoritos, aquellos miembros del público que aparecen en salones vestidos como Wolverine o Harley Quinn, la amante favorita del Guasón. Sin excepciones, hasta el más espléndido de estas vestiduras es a fin de cuentas, una decepción. Cada hilo, cada cocedura, cada pedazo de cinta adhesiva, cada línea de ropa marcándose bajo el disfraz, cada pantimedia, solo atina a revelar instantáneamente lo que siempre ha sido, una ilusión.
(...) Este aire decepcionante de shorts colgando, antebrazos gelatinosos, y hombros encogidos puede ser el resultado de indolencia imaginativa, esa que permitiría que un hombre adulto se diga a sí mismo que encontrará gratificación al caminar por el pasillo central de una sala de convenciones, usando unos pantalones caqui, la capucha de alguna casaca y una máscara de hule de Venom, completa con huecos en la parte de los ojos y una masa de hule meciéndose que supuestamente representa una lengua.
Sin embargo el realismo no es meramente dificultoso, el algo sin esperanza. El físico plausible de un superhéroe es inexistente, por más deseos fervientes que uno tenga en sí mismo como el hombre o la mujer dentro de la capa. Hasta aquellos disfrazados que van a las convenciones, que durante todo un año se esfuerzan en juntar todos los materiales, usando pistolas de goma, máquinas de soldar, maquillaje y agujas para verse lo más parecido posible a una Canario Negra o un Hombre Hormiga, son presa de las fuerzas implacables de la gravedad, el sudor y el ridículo. Y al final, no logran parecerse más al Hombre Hormiga que el holgazán con su máscara de Venom y su pase de tres días colgando de su cuello.
Ahí lo tienen. Ojo, ese texto viene de 'Men in tights' - un super ensayo que Chabon hizo para el New Yorker. Lo traduje hace como dos años para el blog y en caso estén interesados en leerlo todo, lo dividí en 4 partes. Pueden encontrarlo en orden aquí, aquí, aquí y aquí.
En fin, creo que la cita de Chabon me sacó por completo de tema. A lo que iba con este post es que 1UP ha creado una galería espectacular de tomas de videojuegos populares, reemplazando a los personajes principales por cosplayers. ¿Quieren ver a personas disfrazadas de Solid Snake, Koopa o Link en sus ambientes verdaderos? Lo único que tienen que hacer es mousear aquí. Una pequeña advertencia: el resultado puede dejarlos boquiabiertos.
Y en una nota personal: Digan lo que digan, cualquier cosa se ve mejor que un cosplayer posando en un baño. Cualquier cosa.
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