Piel Secreta : Un Ensayo en Teoría de Spandex (Parte 3 de 4)

Continúa el texto sobre el verdadero significado del disfraz de un superhéroe. Pueden encontrar la parte UNO dado click aquí y la parte DOS aquí.

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Uno podría profundizar más y argumentar no solo que el disfraz del superhéroe no tiene (y no necesita) ningún referente en el mundo de textiles y látex pero también que, aún en su propio contexto comiquero, podría ni siquiera existir, incluso no querría existir. Esta cualidad ilusoria del disfraz dibujado puede ser examinada si tratamos de delimitar los elementos del vestuario superheroico, para inventariar sus componentes requisitorios.

(Retrato de Terese Agnew)

Podemos empezar desechando las máscaras. Superman, el primer y más grande de todos los superhéroes, nunca se molestó en usar una al igual que Capitán Marvel, Luke Cage, la Mujer Maravilla, Valkiria y Súper Chica. Todos estos individuos, al igual que muchos de sus compañeros de trabajo (Hombre Halcón, Hombre Gigante), también van por la vida con las manos vacías, lo que sugiere que podemos eliminar también todo tipo de guanteletes. Las capas han sido un tema de odio entre superhéroes desde 1974, cuando el Capitán América abandonó su carrera en protesta por Watergate, usó brevemente el nom de guerre Nomad, se vistió con un traje de color azul oscuro con dorado y tuvo un final sin gloria al tropezarse con su propio manto.

Así que también dejemos la capa a un lado. En lo que concierne a las botas – la verdad es que no estamos casados con las botas. Al fin y al cabo, Iron Fist usa unas sandalias de kung-fu, el Spirit usa zapatos de caballero, Zatanna hace su magia en tazones y Bestia, Ka-Zar y Mantis ni se molestan en usar algo en los pies. Pero a lo mejor, deberíamos conservar el unitardo, elaborado de un material altamente disponible pero sin nombre alguno, que como una malla delgada y mate, cubre y divulga el esplendor de nuestra musculatura. Junta en un colectivo a todos los miembros de la Liga de la Justicia, la Sociedad de la Justica, los Vengadores, los Defensores, los Invasores, los X-Men y la Legión de Superhéroes (sin olvidar a la Legión de Héroes Sustitutos) y probablemente descubriremos que la mayoría, desde Nighthawk hasta el Chico Clorofila, llegarán usando alguna versión de un leotardo estirado. Y sin embargo, no todos lo hacen. No lo hace la Mujer Maravilla en sus pantalonetas apretadas con estrellas y su bustier de águila, tampoco lo hace Hulk, o el Detective Marciano o Namor.

Consideremos este último. Su disfraz nos lleva a examinar con ojo crítico los trajes de baño, típicamente usados con un cinturón, usados en un principio por Kit Walker (en el Fantasma que Camina), el Fantasma de la vieja tira cómica y popularizados por el héroe de Metropolis. En el caso de Namor, este no usa nada más que un traje de baño verde y medio europeo, sugiriendo que, al menos por los estándares de decencia del viejo Código de Comics, esta vestimenta mínima marca el grado cero del disfraz del superhéroe. Y sin embargo, hay héroes como Flash, Linterna Verde y muchos otros que no necesitan usar estos calzoncillos sobre las mallas; a veces se suele desechar el uso de estos trajes de baño, cambiándolo por un flujo continuo de material desde las piernas al torso, indicando una sensación de velocidad, agilidad y un modernismo sin sobrecargas. Y Hulk nunca usa nada más que esos pantalones morados rasgados.

Entonces lo único que nos queda, literalmente, es nada: la forma humana, nada adornada, suave, musculosa, y lista, digamos, para navegar el océanos estrellados del cosmos sobre la superficie plateada de una tabla de surf. Un surfer desnudo, bañado en una seudo-piel metálica que tiene toda la protección que uno necesita de la radiación y el polvo cósmico, con un vacío siempre brillando entre las piernas indicando que no se está del todo desnudo.

Aquí hay una paradoja central en el disfraz del héroe: desde pantera negra hasta linterna verde, de la pompa cincuentera de Habsburgo de la Legión de Superhéroes hasta el traje copia de Mad Max que usa Lobo, de las mallas sexy a punto de romperse hasta el vibranio – para toda combinación y juego de color, estilo y materiales que se necesitan, al final lo único que se necesita es un entendimiento profundo que sirve como función primaria en el retrato de la forma humana desnuda, perfecta y libre. La vestimenta del superhéroe se asemeja a un alfabeto salvaje y en constante permutación de ideogramas concebidos solo para expresar el elocuente poder del silencio.

(Traje y Máscara Antigua de Indonesia)

Desde el punto de vista de un hombre o mujer o niño en la calle, mirando arriba al cielo entre los edificios, la apariencia de un nuevo héroe sobre Metropolis o Nueva York o Astro City siempre ha sido un motivo de asombro perfecto. No hay ni una advertencia para tal evento, y pasado el acontecimiento, uno no aprende nada nuevo ni recibe ni una explicación.

La historia del origen del superhéroe debe mantenerse secreta, oculta de manera rigurosa del conocimiento público por su alter ego, como si este fuese un motivo de vergüenza. Superman esconde, archivados en su Fortaleza de la Soledad y accesibles solo a él, no solo su propia historia – los objetos de su nacimiento y llegada a la Tierra, de su infancia en Smallville, de sus travesuras y aventuras – pero también la historia de su familia kryptoniana y de toda su raza. Batman igualmente esconde su historia y trofeos en los compartimientos de la Baticueva.

En teoría, el disfraz forma parte de una estrategia de ocultamiento. Pero en realidad, el disfraz del superhéroe funciona como una especie de pantalla mágica, en la cual todo tipo de narrativa puede ser proyectado. Sin importar que tan bien oculten sus huellas, el secreto de la transformación, del renacimiento, es revelado por el disfraz. A veces este secreto es traicionado por la alusión del estilo o la forma: el uniforme brillante de Robin da indicios a su pasado como acróbata, el de Iron Man a la falla de su corazón que requiere un dispositivo para mantenerse vivo, cosa que la función primaria de su armadura.


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Texto de Michael Chabon, publicado el 10 de marzo del 2008 en The NewYorker.

Comentarios

Alihanz ha dicho que…
Se que lo odias, pero en piderman The Other cuentan algo parecido sobre el traje de Spiderman: Pudo haber escogido cualquier otro dizfras, alguna forma de esconder el origen de sus poderes, pero decidio mostrarlos aunque a medio mundo le repugne este animal.

Tambien me acorde del dialogo de Bill en Kill Bill 2 sobre "la mitología de los comics": Clark Kent es la forma en la que Superman nos ve, su propia parodia de los humanos. Temeroso, torpe, debil y sin ser capaz de llamar la atencion
Gianco ha dicho que…
Uyy Alihanz, acabas de tocar carne.
Siempre tuve algo en contra del discurso de Bill sobre Superman, ya que a mi parecer, Clark Kent no es la forma en la que Superman nos ve.

Creo que en el fondo, Kal El es tan humano como cualquiera de nosotros. Su mayor defecto como muchas otras personas es el no saber cómo encajar. Al fin y al cabo ¿Quiénes somos nosotros para reprocharle esto? Nosotros, que copiamos modas distintas cada mes y que nos encanta reciclar estilos punk y goth de hace 30 años. Si todos nosotros somos defectuosos a la hora de buscar nuestra propia identidad, entonces tenemos buena compañia al lado de Superman.

Saludos!
Alihanz ha dicho que…
Ni yo, solo me acorde, soy fan de los discursos ilogico de taranino, (¿sera por eso que soporte ver Terminator 4?). Yo mas bien creo que Superman es (a lo Devil's advocates) el "ultimo humanista del mundo". E l unico ser que ama a los hmanos sin ser uno de ellos. Simplemente los adora, los envidia, es esa envidia de los dioses griegos que sentian hacia los mortales. Por eso sera la mania de ponerlo en tantos elseworlds de las maneras mas bizarras posibles: De comunista, de samurai, de Green Lantern, de batman, todos intentos de hacer encajar a Superman, aunque siempre acaba encanjando (y por eso es su trascendencia, es el sueño de los hombres, en cualquier epoca)