Ciudadano POP entrevista a Javier Florez del Aguila


¿Cuántos de nosotros, lectores del comic, estamos familiarizados con el trabajo de Javier Florez del Aguila? ¿Cuántos sabemos que es uno de los mejores historietistas nacionales y que trabajó en Selva Misteriosa, genial tira de aventura costumbrista, publicada en los 70s? No hay duda que el trabajo del doctor (pues es médico de profesión) es de lo mejor que se ha visto en comic en nuestro país. Su manejo de composición y entintado es envidiable, y en sus mejores momentos nos recuerda a la tinta de grandes como Hal Foster o Milton Caniff. Si son de los que aún no tienen el placer de conocer su trabajo, están de suerte. Pues hoy a las 7:45 pm habrá una conferencia sobre su trabajo y trayectoria como parte del Festival de Mundo Viñeta en el Teatro de la Alianza Francesa - Av. Arequipa 4595 Miraflores. La entrada es gratis.

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CP: ¿Qué lo lleva a querer dibujar historietas en un primer lugar?

JF: Yo leía bastantes historietas de pequeño y mis padres fueron personas que también leían muchas historietas. Mi padre era de la policía y leía comics pulp, esas historietas antiguas hechas en papel baratísimo. Leía cosas como La Sombra, Doc Savage, también algo de Lovecraft, cosas terroríficas. Mi madre era profesora de piano y recuerdo que ella siempre me decía: “Tú tienes que dibujar”.

CP: ¿Y dónde conseguía sus historietas?

JF: Recuerdo que había un quiosco de revistas en la esquina y por cuestiones de la municipalidad, el dueño del quiosco no tenía donde guardar el material que vendía. Así que mi papá le prestaba nuestra casa para guardar lo que traía y como retribución, cada vez que llegaban las revistas argentinas, yo tenía un ejemplar en mi casa. Así fue como leí El Gorrión, El Pibe...


CP: Y sus padres lo incentivaban a que leyera historietas. Qué raro.

JF: Claro. Era una época en la que no había televisión. Las historietas eran una distracción sana. Entonces tenían historias más blancas de las que podemos ver hoy en día y todas trataban de la lucha del bien contra el mal y bueno, el bien siempre ganaba. (risas) La mayoría eran historias lineales pero habían comics como X-9 de Alex Raymond y Dahiell Hammet que tenían un argumento más denso y hacían pensar al lector un poco más. Recuerdo en especial la historieta del Vengador que a mi mamá le gustaba mucho. Ella solía decirme: “Copia. Copia los dibujos.”

CP: ¿Y aún conserva algunos de esos dibujos?

JF: Sí. Es más, en la conferencia voy a mostrar unos slides viejísimos que aún conservo. Tiempo luego me enteré que las historias del Vengador fueron uno de los primeros trabajos de Breccia cuando trabajaba en las carnicerías.

CP: Y usted siguió dibujando a medida que crecía.

JF: Entré a media en el colegio y seguía haciendo ilustraciones. Y recuerdo que mi primer dibujo en historieta fue a los 14 años, en cuarto de media para la revista del colegio. Fue una historia sobre los pastorcitos de Fátima. (risas) Los de la revista me dieron un libro y lo que hice fue adaptarlo.

CP: Pero usted estudió medicina. ¿Qué tanto del comic fue un hobby para usted en esa época?

JF: Mis padres me incentivaron a que dibujara y que leyera pero desde media siempre supe que quería dedicarme a la medicina. De tal manera que el dibujo al comienzo fue para mi una distracción, un hobby como dices. Pero en el transcurso pasó lo siguiente. Cuando estaba en pre-medicina me encontré con Hernán Bartra, Monky del estudio Osito Monky. La gente no lo sabe pero su mamá había sido compañera de colegio de mi mamá en Iquitos.

CP: Qué curioso.

JF: Claro. No muchos están al tanto de esto, pero nuestra amistad es pre Avanzada. De tal manera que él sabía que yo dibujaba y como yo me aburría en tantas clases teóricas de Bellas Artes, él me ofreció la oportunidad de contribuir con ellos. Recuerdo que nos reuníamos en la casa de Hernán que quedaba en Washington frente a la Logia. El siempre fue una persona con mucha chispa, mucha gracia. Yo me la pasaba con él en su casa, viéndolo dibujar.


CP: ¿Qué edad tenía entonces?

JF: Diecisiete, dieciocho años.

CP: Y en esa época usted ya tenía unas determinadas influencias marcadas. Viendo su trabajo, se nota como mencionó anteriormente, algo de Alex Raymond al igual que algo de Hal Foster.

JF: Sí, sí… Siempre he reconocido que desde los 9 años siempre fui fan de dos historietas, del Príncipe Valiente y de Flash Gordon. Ambas se imprimían en un papel terrible. Pero ambas eran brillantes y muy distintas. El trabajo de Raymond en Flash Gordon tenía un movimiento y un ritmo diferente al del Príncipe Valiente que era más estático, más como foto. Ambas me entusiasmaron mucho. Y por esa época también salió Rip Kirby. La gente colgaba las historietas en los quioscos y recuerdo claramente las propagandas para Rip Kirby, otro trabajo de Alex Raymond que me ilusionó mucho.

CP: Años luego vino su trabajo más conocido, Selva Misteriosa. ¿Qué nos puede decir sobre este trabajo?

JF: La idea para Selva Misteriosa vino de la historia del padre La Fuente, un misionero que se introduce en la selva. Selva Misteriosa iba a ser una historia costumbrista, narrada en primera persona en la que supuestamente el personaje principal no iba a aparecer. Se iban a narrar solo leyendas, misterios y aventuras con personajes como Fitzcarraldo. Pero me detuve a mí mismo y dije “No. La historia debe ser narrada en el aquí y el ahora.” Y lógicamente, esa fue la motivación. Así sucedió el primer capítulo.


CP: Y siempre lo vio como tira. ¿O en algún momento pensó en narrar la historia en otro formato?

JF: En alguna oportunidad, quise narrarlo a través de páginas, aunque no se por qué inquietud. Me parece que fue por una conversación con Carlos Sanchez que me dijo que lo narrase en páginas. Es más, ahí tengo unas páginas en lápiz y otras pasadas a tinta sobre la continuación de Selva Misteriosa. Pero para entonces Selva Misteriosa ya había terminado y ya me había enfriado con respecto a la tira. Creo que hice unas cinco páginas, una pequeña aventura que nunca llegué a publicar. Pero el formato siempre fue pensado en tira. Era lo que más me acomodaba.

CP: Lo que si veo es que tiene un estilo muy marcado, muy clásico. Sus tiras tienen una clara visión sobre la composición de las viñetas y un timing muy definido. ¿Cómo era su proceso?

JF: Antes de empezar a dibujar, siempre hacía un guión. Hacía los argumentos y en el caso de la tira, la verdad es que tenía amplia libertad. Narraba aventuras distintas y luego me daba cuenta que estas habían durado cuatro, cinco meses. Mi proceso era el siguiente. Luego de hacer el guión, hacía el storyboard y empezaba a contar cuántas tiras tenía que hacer para narrar toda la historia. Además, tenía un pequeño truco que usaba. ¿Puedo contárselo a tus lectores?

CP: Claro que sí.

JF: Lo que hacía era manejar las aventuras en segmentos de seis tiras que eran publicadas de lunes a sábado. Y lo que hacía los sábados era siempre generar tiras con un punto de interés, con un poco de suspenso para que las personas volvieran con ansias el lunes. Jugaba bastante con el tiempo. Había personajes a punto de disparar y diluía el tiempo para que el disparo se cortase al final de una tira y terminara al comienzo de la siguiente.

CP: Claro. Recuerdo una tira en la que un personaje le arroja un cuchillo a otro pero para la siguiente tira nos hemos dado cuenta que su objetivo había sido una serpiente detrás del personaje.

JF: ¡Claro! Y toda esa secuencia fue narrada encima en más de tres días. (risas) Todo eso hacía yo. También manejaba bastante lo que es la simetría. Veía los dibujos y veía dónde es que podía poner el negro, dónde poner a los personajes.


CP: En general, usted jugaba bastante con el formato de la tira. Recuerdo unas tiras que solo contenían una viñeta. Narraban una sola acción como el choque de un avión.

JF: Sí… sí. Esa del avión es una que gustó mucho. En general pensaba mucho en los argumentos y una de mis mayores influencias fue Hector Oesterheld, su trabajo en Argentina y en Europa. Había unos dichos suyos, que leía en sus comics y a veces los metía en mis propias tiras. Lo mismo hacía con algunos cuadros de Alex Raymond que me gustaban mucho, sobre todo en las primeras tiras de Selva Misteriosa. Pero más que copiar algo de otros artistas, era mi forma de rendirles homenaje.

CP: Selva Misteriosa duró hasta el año 1974. Luego de esto, ¿Su ritmo de dibujo bajó?

JF: Luego de Selva Misteriosa pasé a estar más tranquilo y empecé a trabajar en historias inéditas. También para entonces estaba en el hospital, también tenía más consultas como médico y dejé de dibujar por un tiempo. Después de trabajar en el Otorongo tuve un largo silencio de diez o doce años en los que no tuve nada que ver con la historieta hasta que me buscaron las personas del grupo Nazca. Eso me sorprendió mucho. Quisieron hacer una exposición con mi trabajo y en el transcurso conocí a personas como Humberto Costa que también era médico. Lo bueno es que conservaba casi todos mis originales.


CP: Justo eso quería mencionarle. Usted debe ser uno de los pocos artistas nacionales que conservaba casi todo su material original. ¿Hay planes para publicarlos en un tomo compilatorio?
JF: Sí… hay varios editores potenciales que han venido a mi casa y al parecer hay algunos serios que están viendo todo el tema logístico.

CP: Entonces podemos esperar en algún tiempo próximo, una colección de las aventuras de Selva Misteriosa.

JF: (risas) Sí claro. Tal vez no todas las tiras, pero definitivamente algo. Además últimamente he estado pensando en escribir y hacer material nuevo. Recientemente he terminado mi relación laboral como médico, luego de haber cumplido cincuenta años. Pienso hacer consulta privada en mi hogar y dedicarme más al dibujo. Así que voy a bajar mi tablero y lo voy a desempolvar.

CP: Excelente noticia. Bueno, felicidades doctor y éxitos en la conferencia.

JF: Muchas gracias.

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Gracias al doctor Florez del Aguila por su tiempo y no se olviden de asistir hoy a la conferencia en el teatro de la Alianza Francesa de Miraflores a las 7:45 pm y recuerden que hasta el 30 de octubre hay una muestra de los originales del doctor en la galería Sérvulo Gutiérrez (Municipalidad de Jesús María) en Av. Horacio Urteaga N° 535. ¡No se la pierdan!

Comentarios

Guido Cuadros F.A. ha dicho que…
Interesante autor. Desconocía su labor, pero se vé que es un buen artista.

Ojalá que se concrete el proyecto de sacar un tomo compilatorio con lo mejor de su trabajo. Yo me compraría un tomo de hecho.

Eso sí, sería estupendo si se puede editar con un sello grande tipo Norma o Alfaguara. Esos libros piratazas de ContraCultura no pagan, ni les ponen buena goma al lomo y se cuartean al toke.

Saludos!
Anónimo ha dicho que…
Hola Guido:

Tu nunca serás un dibujante, sólo eres un pobre hincha.

El Corzo Maltés
Guido Cuadros F.A. ha dicho que…
jajajaj , ¿ahora resulta que los que no dibujamos somos pobres hinchas? Y tú, triste anónimo, ¿que has dibujado? Seguro eres uno de esos cientos de disque ''dibujantes''que andan merodeando por alli y que no han hecho más que pasquines de la más baja calidad. Identifícate si quieres ganarte mi respeto.
Gianco ha dicho que…
Ya mucho off topic. Rechacé el último comentario.