Viñetas en faldas

Los dejo con el siguiente texto de Gino Alva para el diario Correo sobre Las Fulanas, el primer colectivo de historietistas peruano conformado solo por mujeres. Dicho sea de paso, las chicas andan alistando el lanzamiento de Cosas de chicas 2, su segundo cómic. Y no se olviden de visitar Casi Cronista, la pag web de Gino.

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La hoja cuadriculada terminó hecha trizas en la basura. La profesora la había arrancado con tal furia que dejó una inmensa arruga justo en medio del cuaderno. La alumna Brenda Román recién tenía nueve años, pero ya sabía cómo controlar sus impulsos: tomar aire, fingir un gesto amable y disculparse por no prestar atención en clase. Apenas tocó el timbre corrió hacia el tacho, vació su contenido y con extrema paciencia reconstruyó su obra maestra. Sobre el papel apareció —dibujada en tinta negra— la italiana Rafaella Carrá atrapada en un corsé negro que le apretujaba el vientre y hacía aun más exagerada su voluptuosa figura. “Creí que ella era una superheroína. Cantaba, bailaba y actuaba, muchas cosas a la vez”, recuerda entre risas.

Brenda jamás aprendió a cantar ni a bailar, menos a actuar, pero el dibujo siempre fue parte de su vida. Antes de acabar el colegio ya le cobraba a sus compañeras por resolver las asignaciones de Arte que parecían imposibles, pero que ella terminaba en minutos, mientras las demás jugaban vóley en los recreos. Luego estudió talleres creativos, pero nunca pisó una escuela profesional por falta de tiempo y, muchas veces, de dinero. Aun así y casi sin darse cuenta, sus trabajos aparecieron publicados en el mítico semanario humorístico Chesu y en la revista Sociedad. Incluso fue una de las primeras limeñas en firmar caricaturas eróticas con toques pornográficos en la desaparecida Warmi.


¿Y NO ERA EXTRAÑO TRABAJAR EN ALGO QUE HACÍAN SOLO CHICOS?

Al comienzo sí, por eso firmaba con un seudónimo, Mallory Reznor, pero luego lo dejé. El objetivo era publicar, el resto era solo un vehículo para lograrlo.

Esta tarde el vehículo que la moviliza es una combi. Brenda debe juntarse con sus cómplices de Las Fulanas, un grupo de chicas que han encontrado en el cómic una forma de mostrar su talento para el dibujo y, de paso, hacer un poco de catarsis. El lugar escogido para el cónclave es la casa de Avril Filomeno, en Miraflores. Ella se incomoda si la llaman líder o jefa del elenco, prefiere el título de “vocera”. Aun es temprano y falta que lleguen cuatro ‘fulanas’. Avril sirve café y ofrece lentejitas de chocolate para acompañar la bebida. Se cruza de brazos, limpia sus anteojos con un trozo de papel higiénico y enciende un cigarrillo. Está impaciente, tiene muchas ganas de hablar.

La ‘vocera’ está en sus treintas y siente que se juega una suerte de revancha. Empezó la carrera de Arte en Lima, la siguió en Paraguay y la terminó en Bolivia. Sus trabajos se expusieron en Brasil (2007) y formó parte de una exposición en Francia (2011). Pero en su país, nada. Por razones que le cuesta contar con palabras, pero que explicaría a la perfección en una tira cómica, Avril volvió a Lima a pasar unas vacaciones y fue contratada por una editorial de libros infantiles, un trabajo que es la salvación para todo aquel dibujante sin empleo fijo. Por fin iba a ser profeta, o historietista, en su tierra.

Los bocetos del proyecto recibieron una ayudita desde el extranjero. Una ilustradora colombiana que Avril conoció en La Paz sirvió de intermediaria para conocer a Brenda, con quien esta noche comparte lentejitas de chocolate y café pasado. El primer trazo en limpio fue Venus ataca, una publicación que apareció en 2009 y fue el germen para que nacieran Las Fulanas. La historieta tuvo gran acogida y la ‘vocera’ fue escogida para juntar a un grupo de chicas y preparar una muestra para la Feria Internacional del Libro (FIL).

¿Y ASÍ ES QUE NACEN LAS FULANAS?

Sí, pero de una forma bien extraña. Cada una escogió un objeto y sobre ese objeto trabajó su historieta, pero al final la muestra nunca salió. Entonces nuestros trabajos los juntamos y lanzamos el primer y único número de Cosas de chicas.

Tania Salcedo acaba de cruzar los 30 y es la encargada de lograr que aparezca un segundo número de Cosas de chicas. Es la ‘fulana’ editora y asume su labor con bastante esmero. Experiencia le sobra: su casa es casi una fábrica de artistas y desde hace varios años es parte de Punto Aparte, una editorial creada junto a su familia y que ha lanzado diversas publicaciones, entre ellas Gólgota, que cuenta con 22 volúmenes. Además, es autora —junto a su novio, con quien vive en Pueblo Libre— de Eutanasia, una terrorífica publicación bimestral dedicada en exclusiva a historietas de espanto.

Ella luce un vestido de tipo gótico y botas de cuero que le llegan casi hasta sus rodillas. Su color preferido es el negro y es natural de Ica, un pueblo cargado de mística, escenario de un sinnúmero de leyendas y tierra de brujas. Allí estudió Ciencias de la Comunicación y perfeccionó la tradición familiar de editar historietas. Para aprender a dibujar acudió a un profesor particular, que la instruyó con técnicas y recursos. El resto fue mérito propio: comenzó diseñando las carátulas de sus cuadernos, continuó copiando modelos de Los Caballeros del Zodiaco y terminó creando sus propios personajes, que luego articuló en historietas y revistas.

¿Y DE DÓNDE TE INSPIRAS PARA LAS HISTORIAS?

De mis sueños, de algunas experiencias de la vida cotidiana que aparecen en los diarios o la televisión y de los relatos que contaban mis abuelos cuando era pequeña.

Águeda Noriega se acerca a los 40 y ha decidido no guiarse de sueños para dibujar. Ella creció con la influencia de las historietas argentinas e italianas —muchas de ellas con fuerte carga política y social— y defiende con vehemencia que los cómics deben transmitir, más que anécdotas personales, situaciones universales, que lleven consigo un mensaje y, sobre todo, que perduren. No es ninguna coincidencia que hoy sea una estudiante de Filosofía de la Universidad San Marcos ni que sus tiras hayan sido publicadas hasta hace un par de años en El Otorongo, uno de los pocos suplementos de humor político que perduran en la prensa local.

La ‘fulana’ filósofa nunca crea una historieta guiada por impulsos o emociones. Ha diseñado un método de trabajo que practica con rigor. Primero escoge un tema y acumula cientos de páginas de archivo visual para tener una idea más amplia de qué quiere lograr con su narración. Luego se encierra en su habitación —donde tiene empotrado un caballete al lado de un retrato de Frida Kahlo— y comienza con sus bocetos. Luego de dos o tres días de dibujar y borrar, recién se siente lista para trabajar en limpio.

¿Y YA PATENTASTE TU MÉTODO?

(Ríe). Lo mío va de la mano con la literatura, por el fraseo y las oraciones bien construidas en mis trabajos. Este es mi estilo y trato de explorar muchas cosas, en especial el lado frívolo de las mujeres.

Marta Postigo está a un paso de cumplir 30 y no cree que sus dibujos sean frívolos. Ella prefiere los trazos simples, los colores recargados y las historias sencillas, sin muchas complicaciones. También es integrante del grupo musical Moldes y reconoce que aún no ha marcado un estilo propio, por lo que le gusta experimentar con diferentes técnicas de dibujo. La ‘fulana’ percusionista suele escoger el tema de sus tiras cuando tiene un papel o un lienzo en frente. Así es como construye sus trabajos, dejando que los trazos fluyan del mismo modo que los sonidos que logra junto a su banda.

ERES MÚSICO POR VOCACIÓN, ¿CÓMO DECIDES HACER HISTORIETAS?

Me gusta dibujar desde el colegio, pero nunca pensé estudiar Arte. He seguido incluso fotografía, que tiene un fuerte vínculo con la imagen. Así avanzo por la rama creativa.

Talía Córdova siempre se iba por las ramas en sus clases de Publicidad. Tiene 23 y la llaman ‘Campanita’ por lo pequeña, pero las apariencias suelen engañar. A ella le sobra carácter y defiende con coraje lo que piensa. Nunca tuvo problemas con las clases de Diseño y de Marketing en la universidad, aunque cada vez le gustaban menos. Una tarde convocó a sus padres para confesarles que no continuaría la carrera y que se moría por estudiar Arte y Pintura.

¿LOS MATASTE CON TU CONFESIÓN?

Casi. Me costó un año convencer a mi papá. En ese tiempo anduve buscando información sobre la carrera de Arte hasta que me decidí y entré a Corriente Alterna.

‘Campanita’ es la ‘fulana’ más joven y también la más aguerrida. Sus pinturas llevan una propuesta social, ella incluso la define como política, y trabaja sobre tres ejes: identidad femenina, memoria colectiva y libertad. Las raíces provincianas de su familia han cultivado en ella una pasión sin límites por Huancayo, la ciudad incontrastable. Es por ello que las flores huancaínas son piezas infaltables en cada una de sus obras. “No tengo que viajar hasta allá para sentir que formo parte de Huancayo”, asegura.

Las Fulanas están reunidas en la casa de Avril, la ‘vocera’. Son seis mujeres que defienden lo que piensan, y de tanto hablar ya olvidaron que las lentejitas de chocolate y el café hace buen rato que se terminaron. El segundo número de Cosas de chicas saldrá este mes y el tema será la música. Cada una de las ‘fulanas’ ya está trabajando —con bastante de melodía y otro de ritmo— en su historieta e incluso se animan a dar un adelanto de lo que empiezan a maquinar.

La letra de Cholo soy, declara la vocera.
La secuencia de la canción Femme Fatale, replica la filósofa.
Un hombre escucha Vesti la Giubba en una limusina repleta de zombies, acota la editora.
La terrorifica historia que vivió un grupo musical, asegura la ex fanática de Rafaella Carrá.
Sonidos afro, añade la percusionista.
Chicha, música chicha, sentencia ‘Campanita’.

La reunión casi ha terminado y ninguna de ellas recuerda cómo decidieron llamarse Las Fulanas. Se miran, ríen, cambian de tema, pero ninguna tiene intención de explicar por qué escogieron ese nombre. La tradición dice que ‘fulano’ es aquel sin características propias, pero la descripción no encaja con ninguna. Cada una de ellas podría ser una protagonista de una o de muchas historietas.

Foto: Víctor Vásquez

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Comentarios

Panzer172 ha dicho que…
Muy buena entrevista. Que bueno que haya chicas que se dediquen a hacer cómics. De ese modo podemos disfrutar historias contadas desde sus puntos de vista :)
Solo espero que sus historietas tengan identidad propia tanto en argumento como en dibujo y no sean calcos de los mangas y animes japoneses.
Que viva la historieta nacional y saludos desde La Fortaleza.